La Vida es Bella

 


Para mí La Vida es Bella, como la película de Roberto Benigni... Considero que los únicos cambios que hay en la vida, es el paso del día a la noche, y el transcurrir del calendario. Pero más allá de eso, donde se ecuentra el verdadero cambio, es en nosotros. El ser humano es el único que decide qué rumbo llevará su vida,  si ser miserable o ser feliz. 

Miestefa…


Haciendo alusión a la película de La Vida es Bella, quiero compartir con ustedes un breve resumen de ella.

Al Comienzo de ésta, se escucha una voz decir

Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor, y como una fábula, está llena de maravillas y felicidad.

En 1939, Guido Orefice, un alegre, divertido y carismático joven italiano de origen judío, llega a la casa de su tío Eliseo en Arezzo para trabajar como camarero en su hotel. Allí conoce a una joven y bella profesora llamada  Dora, de la que se enamora inmediatamente  y  hace  lo  posible  por  conquistarla,  llamándola  princesa  y saludándola alegremente con la frase ¡Buenos días, princesa! cada vez que la ve, aunque resulta que ella es la prometida de un funcionario fascista local llamado Rodolfo.

La primera mitad de la película muestra el cambio político que se está produciendo en el país. Guido imita la forma de caminar de los soldados nazis y parodia sus teorías racistas y pseudocientíficas. Un día, al hotel donde trabaja Guido se celebra la fiesta de compromiso de Rodolfo y Dora, Guido llega y le confiesa sus sentimientos por ella. Dora, que nunca ha estado verdaderamente enamorada de Rodolfo, se va con Guido en su caballo.

Seis años después, en 1945, Guido y Dora están casados y tienen un hijo, llamado Giosué. A pesar de la guerra y de la invasión nazi de Italia, siguen siendo felices. Guido abre una librería y Dora continúa con su trabajo como profesora. El día del cumpleaños de Giosué, Guido, Eliseo y Giosué son detenidos debido a su origen judío y subidos a un tren rumbo a un campo de concentración. Aunque Dora no es judía, exige subir también al tren para permanecer junto a su familia, pero al llegar al campo, los hombres y mujeres son inmediatamente separados y Eliseo y muchos otros son enviados directamente a las cámaras de gas, ya que no se les considera útiles para trabajar. Guido oculta a su hijo la terrible situación que están viviendo, haciéndole creer que es sólo un juego en el que deben ganar puntos, y el primero que gane 1000 puntos conseguirá un tanque auténtico. También le dice que si llora, pide comida o quiere ver a su madre, perderá puntos, mientras que si se esconde de los guardias del campo ganará puntos extra.

Guido usa esta fantasía para justificar la realidad que les rodea: los guardias los tratan mal porque quieren el tanque para ellos y el número cada vez menor de niños (que están siendo asesinados en las cámaras de gas) se debe a que están escondidos para ganar puntos. Guido consigue convencer a Giosué para que no quiera marcharse diciéndole que van en cabeza y sólo necesitan un poco más de tiempo para volver a casa con el tanque. A pesar de estar rodeados de horror, tristeza y muerte, Giosué acaba creyéndolo todo gracias a la convincente historia que le cuenta su padre y a su propia inocencia.

Una noche se observa un gran revuelo en el campo: los alemanes se están retirando ante la llegada del Ejército de los Estados Unidos porque la guerra ha terminado, pero quieren matar a todos los prisioneros antes de que los aliados les liberen. Guido ordena a Giosué que se esconda hasta que todo se calme, porque "están a punto de ganar el premio". Mientras, él va en busca de Dora para marcharse todos juntos, pero es sorprendido y fusilado por uno de los guardias. A la mañana siguiente, los alemanes han huido y Giosué sale de su escondite. De pronto aparece un tanque, que él cree que es su premio. Son los estadounidenses, liberando el campo. Le recogen y por el camino, entre los prisioneros liberados, Giosué encuentra a su madre y le comunica que han ganado.


La voz que se escuchaba en el comiezo de la película, resulta ser la de Giosué adulto, que termina diciendo: 

Esta es mi historia. Ese es el sacrificio que hizo mi padre. Aquel fue el regalo que tenía para mí.

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